Todavía no llegue y
ya te estoy rozando.
Tu sol no deja de brillar. Mi corazón aumenta los latidos. La vida
se me escurre de las manos. Yo vengo a buscar un poco de tus ojos, de tu pelo, de tus palabras.
Y vengo también a dejarte el alma. No pido mucho. Quizás un poco de tu tiempo.
Un abrazo.
Mi salvación. O mas bien,
mi perdición.
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