Te convertiste en aire desde que decís estar muy lejos.
Y acá tenés otra verdad, respiro aire todos los días.
No sé si me entendes y es muy probable que tampoco quieras escuchar, pero solo trato de decirte que estás acá. Constantemente. Invadiendo mis espacios y mis posibilidades. Aún así una palabra más aveces puede echar todo a perder. Me conozco el diálogo de memoria.
Lo único que nos queda es una historia y sería una pena que terminemos arrepentidos de haberla escrito alguna vez.
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